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Como lograr una vida más ordenada y mucho más zen

El estilo de vida “Zen” está basado en la armonía espiritual y en la búsqueda de la tranquilidad y la paz. En este mundo ajetreado en el que vivimos ansiamos simplicidad y orden, es por eso que muchos/as nos sentimos atraídos por los beneficios positivos que nos ofrece esta filosofía de vida. Veamos como lograr una vida más ordenada y mucho más zen.

Muchos Organizadores profesionales valoramos y utilizamos los principios que nos ofrece esta forma de vivir para ayudar a nuestros clientes a mejorar su vida diaria. Tomando muy en cuenta su manera de entender el espacio, la luz, la funcionalidad, el equilibrio, la armonía y el uso de materiales naturales.

El orden nos trae la calma

El Zen entiende el desorden como aquello que nos produce distracciones y nos desasosiega, con lo cual buscará la manera de crear espacios que nos relajen y serenen. Considera que organizar nuestras cosas de manera reflexiva puede ser placentero y de gran ayuda para ser conscientes de lo que tenemos.

Para esta filosofía de vida empezar un nuevo día rodeados por la suciedad y el desorden del día anterior hace que nos sintamos apesadumbrados. Dejar las cosas para el día siguiente o arrastrar preocupaciones del día anterior equivale a sembrar pensamientos negativos que debemos eliminar.

Cuanto más tiempo dejemos que las impurezas manchen nuestro espíritu, más esfuerzo costará eliminarlas.

Manual de limpieza de un monje budista. Keisuke Matsumoto
Papernstitchblog.com

Limita el número de objetos a los que realmente necesitas

Conseguimos un ambiente más relajado, calmado y ordenado cuando limitamos el número de objetos en cada habitación. Cada uno/a escogerá de manera consciente y cuidadosa aquellos objetos que deban estar en cada estancia, ya sea por su funcionalidad, por su belleza o por ambas. Un espacio con menos cosas nos invita al sosiego y resulta mucho más fácil de mantener que otro repleto de cosas en el que resulta más complicado de mantener en orden. El número de elementos y la estudiada colocación de los mismos nos hará disfrutar de cada uno de nuestros objetos.

Combina la luz natural y la artificial

La luz intensa define el contorno de los objetos, si es suave acentúa su volumen y si es tenue proyecta sombras haciendo sus siluetas planas. Tanto la luz natural como la artificial pueden “manipularse” para cambiar el ambiente de una estancia inspirando diferentes estados de ánimo de acuerdo tanto con la función de cada habitación como del momento del día.

Reduce los colores y elegir los materiales

La elección de los tonos claros y suaves amplían el espacio y lo aligeran, buscaremos aquellos tonos que nos inviten a la tranquilidad. Elegir elementos realizados en cristal aporta sensación de ligereza y/o utilizar superficies como el acero añaden viveza, además, de que podemos asociarlo a la limpieza y la frescura. La elección de materiales naturales y de texturas agradables, como la madera, la cerámica, las fibras naturales, etcétera nos hace conectar con el mundo natural y nos acercan al confort. El Zen nos enseña que observando la naturaleza y entendiendo que formamos parte de ella nos hará hallar la calma.

Escoge bien los objetos que tengas

Para el zen las tareas diarias pueden generarnos satisfacción. Aunque para que esto ocurra los objetos que utilicemos para realizarlas deben estar bien escogidos y funcionar bien. Esas cosas elegidas se utilizarán y cuidarán con respeto. La funcionalidad es tan importante como el aspecto de esos objetos y la comodidad que nos ofrezcan. En el sentido de que hay que tener en cuenta la relación entre el objeto y la persona, porque esos objetos deben adaptarse a nuestras necesidades y ser fáciles de usar.

La limpieza y el orden como hábito

Lo más importante es la continuidad, no se trata de dedicar ni mucho tiempo ni grandes esfuerzos a estos menesteres sino de cultivar el hábito de hacerlo a diario. Esto se hará con la ayuda de todos los que habitan la casa, haciendo que toda la familia comprenda su importancia. Para que esto funcione hay que repartir las funciones entre todos los miembros y de vez en cuando intercambiarlas. La rotación de las tareas es eficaz para la educación de los niños. Aunque al principio nos impacientemos porque es más rápido que lo hagamos nosotras/os no debemos de perder la ocasión de encargarles tareas variadas. Para la filosofía Zen la realización de tareas en familia es un buen ejercicio para fortalecer los vínculos del corazón.

Este post está inspirado en el libro Zen en el hogar de Bridget Bodoano.

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Alejandrina Valle Cristina Muñoz. Fundadoras de la ACADEMIA DEL ORDEN.

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